En época de frío no es de extrañar que físicamente nos encontremos peor. Suele ser momento de resfriados y gripes, pero también de dolores musculares. No es raro que hayamos oído a alguien decir que le duelen los huesos cuando se acerca una temporada de frío o incluso que lo hayamos pensado nosotros mismos. En este post queremos hablar de la existencia o no de una relación entre el frío y el dolor muscular.
El frío no es el causante del dolor pero sí que puede ser el detonante de que nuestros músculos se sobreesfuercen y esto acabe generando el dolor.
¿Está demostrada la relación entre el frío y el dolor muscular?
Como hemos comentado al principio, el frío se suele asociar a dolor musculares aunque lo cierto es que no existe una relación directa. Lo que sí que existe es una relación entre el dolor de pacientes con artritis reumatoide y en menor medida en el dolor de la osteoartritis y la fibromialgia con el cambio de la presión del aire. En este sentido, la presión barométrica alta sí que puede hacer que el dolor sea más agudo entre los pacientes de estas tres enfermedades.
Quitando este caso, no existen indicios de una mayor relación del tiempo con el aumento de dolor que la ya comentada. Y sin embargo, se sigue asociando el frío al dolor
¿Entonces por qué creemos que existe una relación entre el frío y el dolor muscular?
Como hemos podido observar el frío no es el causante del dolor pero sí que puede ser el detonante de que nuestros músculos se sobreesfuercen y esto acabe generando el dolor. Estos cuatro consejos básicos podrán ayudar a no fomentar este sobreesfuerzo.
- Debemos evitar los movimientos bruscos, tales como encoger el cuello o los hombros o doblar la espalda cuando entremos en entornos fríos.
- Si vamos a realizar ejercicio, conviene estirar los ejercicios de calentamiento un poco más de lo normal, hasta notar que el cuerpo está a tono.
- Las zonas que más se van a resentir con el frío son el cuello y la espalda. Por ello debemos abrigarnos estas zonas. También debemos evitar, todo lo que podamos, los cambios bruscos de temperatura.
- La hidratación también va a ser nuestra amiga en temporadas de frío. Mantener el cuerpo hidratado, es primordial para el buen funcionamiento de los músculos
Como hemos podido observar, el frío en sí no agudice el dolor ni lo genera, pero sí que presenta una serie de cambios en nuestro cuerpo que pueden acabar en dolor. Prevenir el frío puede ser, por lo tanto, una buena solución para no sufrir dolor en invierno.
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